La impermanencia

Entregarse al flujo de la naturaleza

es una sensación de arrojo,

de tirarse al vacío,

de permitirse vivir.

Fluir con la impermanencia,

en el soplido del viento,

en la fuerza que sostiene el viaje.

Dejar de temerle al cambio,

estar atenta a las señales y

sostener el sueño.

Agradecer la sorpresa.

Agradecer, siempre agradecer.