Anda
Anda.
Anda y vibra.
Vibra en lo mundano,
en lo profundo y en lo absurdo.
Vibra en lo desconocido,
en el miedo y en la certeza.
Vibra en lo que te prohibieron,
en lo que te enjuiciaron, en el abismo.
Vibra en el goce,
en el placer, en tu oscuridad.
Vibra y atraviesa fronteras con tu vibración.
Todas las fronteras de la verguenza, de la incertidumbre
y de la violencia, que nos ha acechado durante tanto tiempo.
Vibra y, que esa vibración
se convierta en un temblor que remezca todo lo que te rodea.
Pon una mano en la tierra y la otra en tu cuerpo
y danza en esa unión.
Siente la humedad, lo frío y lo que hierve.
Pon todos los sentidos a disposición de tus deseos
y derrítete ahí.
Fúndete en la belleza de lo simple y de lo cotidiano,
como lava de volcán.
Vibra.
Vibra, sobre todo en esa curiosidad que te da nervio explorar.
Como flecha y dueña de tus más profundos anhelos,
traspasa las barreras de tu mente y de todo lo establecido.
Transmuta.
Vibra y ruge.
Ruge como el mar en su delicada violencia.
Fusiónate con el mar
hasta que navegues en cada ola,
liviana y abismal.
¿Cuál es ese miedo que no te lo permite?
Lo que los demás puedan decir?
Tus mismas creencias que te limitan a transformarte?
La forma y postura que hay que mantener en lo social?
El rol que hay que sostener?
Una fidelidad ... a qué, a quién?
¿Qué es? ¿por qué? ¿Para qué?
Anda y explora, donde sea que quieras.
Anda y explora,
que los deseos se esfuman, las horas pasan
y
el
presente
no vuelve.